El protector de nuestra salvación

La definición

Busqué "¿Qué es un padre?" en Yahoo. Encontré una definición sencilla: "Un padre es un hombre que causa un embarazo que resulta en el nacimiento de un hijo". Al leer esto, pensé que debía ampliar la pregunta y añadir la palabra "presente". La definición revisada quedó así: "Un padre presente es una persona que participa activamente en la vida de sus hijos, brindándoles apoyo emocional, orientación y participación en las actividades diarias". Esta reflexión me llevó a considerar la importancia de un padre "presente", no solo en mi propia vida, sino también en la vida de Jesucristo.

Muchos conocemos la historia milagrosa del nacimiento de Jesús: nació de la Virgen María, concebido por obra del Espíritu Santo; por lo tanto, un hombre terrenal no provocó el embarazo de María. Sin embargo, en su infinita sabiduría y con orden divino, Dios reconoció la vital importancia de proveer a su Hijo con un padre terrenal presente: José de Nazaret. Echemos un vistazo a quién era José.

Acciones más allá de las palabras

Probablemente hayas escuchado la expresión inglesa "hombre de pocas palabras". Esta frase describe a una persona que habla solo cuando es necesario, pero que vale la pena escuchar cuando habla. Curiosamente, en la Biblia, la historia de José se registra principalmente en los Evangelios de Mateo y Lucas. Sin embargo, no hay registros de palabras habladas que se le atribuyan. Las Escrituras proporcionan solo algunos detalles sobre su vida, pero esos detalles resuenan. Un hecho crucial relacionado con José proviene de 2 Samuel e Isaías 11, que predice que Cristo descendería del linaje del rey David.

Con esto, el Libro de Mateo comienza describiendo el cumplimiento de esta profecía, vinculando la herencia de Abraham a David y a José. Luego, las Escrituras pasan a destacar las acciones de José y su carácter ejemplar como padre. Se le describe como un carpintero sensible, obediente, fiel, humilde y justo: un proveedor y protector confiable.

A continuación se muestran algunos ejemplos:

Fortaleza mental 

Cuando José aparece en la historia, se le presenta como el hombre comprometido para casarse con María. Sin embargo, antes de que se unieran como marido y mujer, se descubrió que ella estaba embarazada por obra del Espíritu Santo. José debió de experimentar una profunda conmoción al enterarse del embarazo. A los ojos de la sociedad, esto habría sido un escándalo para María, que la habría llevado al estigma, la vergüenza, acusaciones de adulterio e incluso a la amenaza de muerte. Bajo la inmensa presión social y legal, José tenía derecho a romper públicamente su compromiso.

Sin embargo, en lugar de reaccionar con ira, instinto de supervivencia, orgullo equivocado o ceder ante estas presiones, decidió manejar la situación con gracia y compasión, terminando el compromiso discretamente. Su reacción inicial demostró que José tenía la fortaleza mental y de carácter necesarias para afrontar los difíciles desafíos que se avecinaban.

Obediencia

Después de que José decidió dejar a María en silencio, un ángel se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María como tu esposa, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo del pecado.» (Mateo 1:20-24). En ese encuentro, el ángel identificó específicamente a José por su linaje y le indicó que le pusiera nombre al niño. Esto es significativo porque, en aquellos días, el nombre del padre reconocía públicamente al niño como suyo y confirmaba su estatus legal en la familia y la tribu, incluyendo los derechos de herencia.

Sin dudarlo, José obedeció, y gracias a ello, legalmente colocó a Jesús en el linaje de David, cumpliendo así la profecía mesiánica. La obediencia de José a Dios también es evidente en otros casos. Respondió rápidamente a las instrucciones angelicales de huir a Egipto para proteger al niño Jesús del rey Herodes el Grande, quien buscaba matarlo. José también siguió la guía del ángel al salir de Egipto y regresar a Israel cuando estuvo a salvo. Sus acciones son un poderoso testimonio de su inquebrantable confianza en la guía de Dios. Al permitir que Dios lo guiara, José dirigió y protegió eficazmente a su familia. Eso sí que es ser el hombre de la casa...

Justicia 

Según Lucas 2, José viajó a Belén para cumplir con los requisitos del censo del Imperio Romano, demostrando así su compromiso con la responsabilidad cívica. Llevó a Jesús al templo para la circuncisión y ofreció sacrificios, adhiriéndose fielmente a la ley de Moisés. Además, se propuso llevar a su familia a Jerusalén cada año para la fiesta de la Pascua, lo que subraya su dedicación a la observancia religiosa y la tradición familiar. Estas acciones revelan a José como un hombre disciplinado, estructurado y de principios que priorizaba el bienestar espiritual de su familia. Bajo su protección y guía, Jesús fue nutrido y creció con confianza en su identidad y propósito . Lucas 2:40 capta hermosamente este desarrollo al afirmar: «Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él».

De igual manera, Lucas 2:52 destaca: «Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres». José no solo crio a Jesús en un hogar espiritual, sino que también le enseñó el valor de ganarse la vida mediante el oficio de carpintero. Esto se evidencia en Mateo 13:55, donde a Jesús, ya adulto, se le pregunta: «¿No es este el hijo del carpintero?» y en Marcos 6:3, que pregunta: «¿No es este el carpintero?».

La perspectiva bíblica

José hace su última aparición en las Escrituras después de los extraordinarios acontecimientos de la Pascua, cuando Jesús tenía tan solo doce años y se encontraba en el templo escuchando y conversando con los líderes judíos. Si bien se cree que José falleció antes de que Jesús emprendiera su ministerio adulto, desempeñó un papel esencial durante esos años de formación. Desde una perspectiva bíblica, José encarna la esencia de la paternidad, cargando con una inmensa responsabilidad. Nos enseña que la verdadera paternidad no se trata solo de biología, sino de presencia, sacrificio y cuidado. Su influencia fue crucial para ayudar a Jesús a abrazar su identidad terrenal y su propósito divino. Imaginen si José no hubiera atendido el llamado sagrado de huir a Egipto y proteger a su familia. Las implicaciones para nuestra salvación podrían haber sido monumentales.

El carácter paterno de José demuestra que su presencia disuade cualquier obstáculo. Es un poderoso recordatorio de cómo la obediencia de un hombre moldeó el curso de la historia y el sacrificio supremo de Cristo en la cruz por nuestra redención. ¡Qué legado tan increíble!

Mi experiencia

Cuando pienso en mi padre, Taylor Cornwell , y comparo sus cualidades con las de Joseph, siento una profunda gratitud por su inquebrantable presencia en mi vida. Sí, es un hombre imperfecto , pero se ha esforzado por avanzar con disciplina, eliminar obstáculos en mi camino y ser un proveedor que vive una vida que permite que el amor y la esencia perfectos de Jesucristo lo desarrollen constantemente. Él me ha transmitido intencionalmente esos atributos, empoderándome para crecer con libertad y confianza en mi identidad en Cristo.

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La chica de Cornwell